jueves, 20 de diciembre de 2012

Venezuela: las duras maderas de la política; por Fernando Mires

“La política implica un fuerte y lento perforar de duras maderas con pasión y buen criterio al mismo tiempo. Es completamente cierto, y toda la experiencia histórica lo confirma, que no se hubiera logrado lo posible si en el mundo una y otra vez no se hubiese intentado lo imposible. Pero el que puede hacer eso tiene que ser un líder, y no sólo eso sino – en un sentido muy llano de la palabra – también un héroe. Y también aquellos que no son ni lo uno ni lo otro, deben armarse con esa fortaleza de ánimo que nace del fracaso de todas las esperanzas, y hacerlo ahora mismo, porque de otro modo no estarán en condiciones de prevalecer ni siquiera por sobre lo que ya hoy es posible. Sólo el que está seguro de no quebrarse cuando el mundo, visto desde su propio punto de vista, es demasiado estúpido o demasiado perverso para lo que él desea ofrecerle; sólo aquél que frente a todo ello es capaz de decir: “¡aun así!”, sólo ése tiene “vocación” para la política” (Max Weber, La Política como profesión)
Los buenos políticos se prueban en los momentos de derrota y no en los de victoria, deduzco de las frases con las cuales Max Weber corona su clásico “La Política como profesión”: Eso quiere decir: quien sólo quiera obtener victorias, debe buscarse otra profesión que no sea la política ni la carpintería pues en ambas hay que perforar lentamente “sobre duras maderas con pasión y buen criterio”. Porque -y ahora no cito a Weber sino a otro filósofo que también entendía de carpintería, Kant– “sobre esa madera tan torcida que es el ser humano no podemos carpinterear nada derecho”. Palabras que hacen recordar al Jesús de los cristianos quien, además de ejercer la profesión de Dios, era carpintero.
Carpintería aparte: El chavismo en Venezuela, después de las elecciones regionales de Diciembre del 2012 vive otro momento de gloria en una larga cadena de victorias y la oposición otra de sus tantas y duras derrotas. Mas, seamos sinceros: ¿esperaba alguien que entienda de un mínimo de política un resultado distinto?
La pregunta cobra relevancia si se tiene en cuenta que ninguna oposición del mundo ha obtenido una victoria inmediatamente después de una derrota presidencial. Todo lo contrario. Elecciones regionales o parlamentarias realizadas en un corto plazo después de una presidencial tienden a reforzar a la presidencia. Dichas elecciones juegan en el ritual de la política el papel de un acto de confirmación. Siempre ha sido así y siempre así será. Amén.
Por un periodo corto entendemos entre dos y seis meses. Pero la indesmentible astucia anti-democrática de los chavistas superó esta vez todos los records de cortedad: ¡sólo seis semanas después de las presidenciales! Es decir, las elecciones regionales fueron concebidas como un simple epílogo de las presidenciales, o como una fiesta en honor a Chávez. Si a ello sumamos el novelón trágico urdido alrededor de la inmortalidad del caudillo, y no por último, el cretinismo abstencionista de una fracción de la oposición, el triunfo del chavismo estaba más cantado que la Cumparsita.
Pudo haber sido algo mejor para la oposición. Zulia no se debió perder, menos frente a “ese” candidato oficialista. Yo no sé que pasó ahí. En Monagas la oposición fue con dos candidatos. Pero todo lo demás ya se sabía.
Pudo también haber sido peor. Miranda, la piedra más preciosa de las elecciones, fue ganada por el incansable Henrique Capriles quién, además, reafirmó su condición de líder nacional de toda la oposición. Miranda, además, era el regalo que el chavismo quería hacer a Chávez.
Recuerdo en este punto que hace algunos días escribí a un amigo venezolano lo siguiente: “Si yo estuviera en una imaginaria disyuntiva, pienso que sería mil veces preferible ganar Miranda y perder todas las demás gobernaciones a ganar todas las gobernaciones y perder Miranda”. Yo creo que cualquier chavista inteligente habría pensado lo mismo, pero al revés. Miranda era el objetivo de Chávez, todo lo demás era secundario.
¿Qué habría sucedido si Capriles hubiera perdido en Miranda? Primero, todo ese enorme capital político acumulado en su excelente campaña presidencial se habría venido al suelo. Segundo, la oposición habría perdido a su candidato en el marco de una situación bio-histórica en la cual se vislumbran nuevas elecciones presidenciales. Tercero, al interior de la oposición se habría desatado una lucha de fracciones al lado de la cual la que ya tiene lugar al interior del chavismo habría sido un simple juego de niños. Y por si hubiera sido poco, Capriles habría perdido frente a un candidato más chavista que Chávez.
Liquidar políticamente a Capriles habría significado, para usar los términos del ajedrez, un jaque mate del chavismo a la oposición. La derrota electoral fue en cambio un simple y normal jaque en una larga partida. Una derrota, pero no una catástrofe. La lucha, entonces, continúa.
Es importante, además, constatar que la oposición no sólo ha conservado a su líder. Junto a él ha sido confirmada una estrategia. Pues además de Capriles, Henri Falcón, Liborio Guaurulla y el casi elegido Andrés Velásquez, mantienen una misma línea. Los cuatro persiguen unir las luchas democráticas con las luchas sociales, es decir, una política orientada hacia una democracia social. Los cuatro, a través de su experiencia, saben muy bien que no todo quien vota por Chávez es chavista. Saben, por último, que si no acceden a ese electorado que ocasionalmente vota por los chavistas sin ser chavista, nunca podrán derrotar al chavismo.
En fin, los cuatro líderes son expresión de la correlación real de fuerzas al interior de la oposición. Por lo mismo mantienen su hegemonía sobre una derecha radical muy minoritaria pero con gran acceso a los medios. Una derecha antichavista hecha a la medida de lo que requiere el chavismo: polarizante, insensible socialmente, histérica políticamente. Una que cuando vota lo hace como si estuviera haciendo un gran favor a la oposición. En fin, una derecha que en lugar de sumar, resta.
Por supuesto, así lo ha reconocido Ramón Guillermo Aveledo, la MUD deberá experimentar modificaciones. Por de pronto deberá aceptar que si bien las elecciones son el hecho más decisivo de la vida política, no toda la política se reduce a elecciones. O la MUD -organización pluripartidista de carácter electoral- amplía su competencia hacia el espacio de las luchas democráticas no-electorales, o deberá buscar una forma de coexistencia con ellas. Algo muy importante pues el que se avecina no sólo será un periodo electoral sino, sobre todo, uno marcado por intensas luchas sociales.
Dar un sentido político a las luchas sociales es tan difícil como perforar las más duras maderas. Pero esa es tarea del político, sea éste de profesión o de simple vocación.
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lunes, 11 de junio de 2012

La moral del capitalismo

Los valores morales del capitalismo de libre mercado forman un compendio espiritual y ético

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LEONOR FILARDO |  EL UNIVERSAL
lunes 11 de junio de 2012  12:00 AM
El libro del mismo título, editado por Tom G. Palmer, gran promotor de la libertad, distingue el capitalismo clientelar del capitalismo de mercado libre. En el primero, el éxito de los negocios depende de una estrecha relación entre empresarios favoritos del régimen y funcionarios gubernamentales, quienes les otorgan favores no porque sean eficientes, sino a cambio de sobornos. Esto va en detrimento de la población Sus seguidores lo disfrazan de comunismo, socialismo, mercantilismo, y, para fomentar la lucha de clases, se refieren a los capitalistas del mercado peyorativamente, acusándolos de explotadores de trabajadores, victimizan a los pobres, pero esta es la excusa que justifica sus políticas confiscatorias.

Por el contrario, el capitalismo del libre mercado coloca la creatividad del ser humano al servicio del mundo, fomentando la empresarialidad y las innovaciones, que explican la diferencia entre la vida de nuestros antepasados y la que disfrutan nuestras generaciones. ¿Quién hubiera soñado tener barcos, trenes, automóviles, aviones, teléfonos, faxes, computadoras, celulares, tabletas, medicinas curativas de enfermedades mortales y trasplantes de órganos que alargan las expectativas de vida a la humanidad?

Por ser el capitalismo un sistema cultural no puede explicarse solo por factores materiales. Los valores morales del capitalismo de libre mercado forman un compendio espiritual y ético: 1) Constituye la conformación de sistemas legales, sociales y económicos que abarca la igualdad de derechos, y carreras abiertas al talento y a la energización de la innovación a través de los empresarios, la ciencia, los creadores, los dispuestos a tomar riesgo de perder; 2) Está estructurado por reglas y normas éticas; limita el robo, el soborno y el saqueo que promueve el capitalismo clientelar, el cual se empeña en aprobar leyes que van en contra de derechos fundamentales que se requieren para tener un país próspero, como la seguridad jurídica, el respeto a la propiedad privada y a la libertad económica y comercial; 3) La permanencia de leyes, normas y reglas que conforman el Estado de Derecho hace posible la empresarialidad, la innovación, el crecimiento, la generación de empleo y la prosperidad; 4) Sustituye la fuerza por la persuasión; 5) Es la forma del orden espontáneo; 6) Es la innovación y los cambios sociales por la prosperidad que le ha traído a millones de personas en el mundo.

Las virtudes de un capitalista emprendedor las ilustró maravillosamente uno de los cofundadores de la empresa Mercado de Alimentos Integrales en una conferencia a la que asistí en la Sociedad Mont Pelerin en Guatemala en 2006. Nos iluminó con su credo sobre el capitalismo consciente, que consiste en que la empresa debe tener un propósito elevado: alcanzar la excelencia compitiendo en el mercado. Su empresa promueve la alimentación saludable, base fundamental para lograr energías óptimas. Inspira a sus proveedores a realizar productos que maximicen la salud y vitalidad de sus adquirentes; productos orgánicos de alta calidad para ayudar a la gente a tener larga vida. Lo bello del capitalismo, argumentó, se basa en el intercambio voluntario para el beneficio mutuo. Su empresa crea valor permanente para todos. Los miembros de su equipo no son esclavos. Trabajan voluntariamente porque aman lo que hacen, están felices con sus ingresos y beneficios.

Lo mismo sucede con sus clientes. Adquieren espontáneamente sus productos y servicios porque consideran que son los mejores para vivir saludablemente. Con sus proveedores, forma una sociedad de ganar/ganar: integridad en todas las transacciones; son sus aliados para llevar al mercado los productos de la más alta calidad; los trata con respeto, justicia e integridad para obtener la misma respuesta. Busca a los que comparten su responsabilidad social: el deseo de preservar el medio ambiente, la honestidad y transparencia en la producción, la seguridad de que los productos son de alta calidad y, sobre todo, que los costos/precios/beneficios son efectivos. Innova para diferenciarse y mantenerse como la mejor en la industria. Así crea valor para sus inversionistas.

La empresa comenzó de la nada y generó un valor de $12.000 millones porque cree esencial producir ganancias que fomenten el crecimiento, la prosperidad, nuevas oportunidades de empleo, satisfacción y seguridad. Los inversionistas adquieren sus acciones porque convierte 1 dólar en un verdadero valor.

cedice@cedice.org.ve

@cedice

jueves, 17 de mayo de 2012

Educación y riqueza / Luis Ugalde

Rafael llegó a Caracas hace cincuenta años con lo puesto y un real en el bolsillo. Luego de regalar medio a un amigo que le pidió para comprar chimó, se quedó con el otro medio.

Analfabeto, honrado y con piel morena, tostada por la sangre de África y el sol de Güiria. Aprendió a leer en la UCAB mientras trabajaba de bedel, compró una casita en Santa Ana por los lados de Carapita, enfrente de la universidad y levantó su familia. En su trabajo creció de tal modo que veinte años después era un señor bedel querido y respetado por profesores, alumnos y autoridades.

Ángel cada día salía del barro de las laderas de Catia con los únicos zapatos en la mano para no echarlos a perder. Empezó de peón en la carpintería de la UCAB en la esquina de Jesuitas y terminó en Montalbán en la Dirección de la Secretaría General. Alegre, inteligente, emprendedor y bromista, proporcionó estudios superiores a su numerosa familia. En el homenaje de sus cuarenta años en la UCAB este andino lloraba de emoción al recordar de dónde venía y adónde había llegado con su trabajo responsable. La gente lo quería por lo que era y por lo que hacía. Para él el trabajo no era una carga, ni una explotación, sino mina de talento, dignidad y orgullo, y fuente de reconocimiento y gratitud de los demás por la calidad de su servicio.

Hoy necesitamos millones de Rafael y Ángel con 12 años de buena escuela, pero, trágicamente más de 1 millón de jóvenes, entre 10 y 18 años de edad, ni estudia ni trabaja. ¡Grave pérdida para ellos y para el país! Hay otros 2 millones de esa edad que, a causa de la pésima educación, van al fracaso; muchos incluso al crimen y a la cárcel.

Según la Constitución todos ellos tienen derecho de estar en un centro educativo de calidad para llegar a ser exitosos como productores de ciudadanía democrática y de riqueza familiar y nacional. Riqueza que no significa ser millonario, sino persona bien formada, con valores y dignidad. En fin, ciudadanos con buen trabajo productivo.

En el siglo XXI, no basta una mala escuela durante 6 años, sino que se requiere una buena durante 12 o 13 años. Pero en Venezuela, a pesar de lo dispuesto en la Constitución, tenemos 8 millones de talentos humanos, de un total de 13 millones, que apenas logran ser desempleados, subempleados o empleados en trabajos precarios y mal pagados.

Todavía las estadísticas los catalogan como “fuerza de trabajo”, nombre denigrante heredado de los tiempos en que sólo eran valorados como fuerza bruta y no como talento humano emprendedor y creativo. En ese salto de fuerza a talento está la clave de la dignidad personal y de la riqueza y desarrollo de la nación.

Pero nos hemos creído el cuento de que Venezuela es rica, muy rica, porque tiene mucho petróleo que hace ignorar la pérdida del talento de millones de jóvenes y niños. ¡No hay idea más atrasada y reaccionaria! El desprecio a la productividad lleva a la ruina.

Nos dicen que en Venalum y Alcasa se requieren de 28 a 30 horas/hombre para producir una tonelada de aluminio, mientras que en otros países, en promedio, se emplean 8 horas/hombre por tonelada. Estas y otras empresas van al desastre gracias al “revolucionario” incremento de las nóminas, con gerentes politiqueros y populistas que no saben cómo producir.

Ya en 1814 el ilustre Juan Germán Roscio escribió en la cárcel española: “La prosperidad de un pueblo no consiste en la cantidad de oro que posee, sino en el número de talentos y de brazos que emplea con utilidad”.

Contra esa frase visionaria de Roscio en El triunfo de la libertad sobre el despotismo, dos siglos después seguimos ciegamente empeñados en que somos ricos porque tenemos mucho oro negro. Creencia que nos impide construir un país sin pobres ni excluidos, e incapaz de construir la convivencia republicana pacífica, y los bienes básicos necesarios para vivir dignamente.

La verdadera salida de la pobreza está en la combinación de una buena educación con abundantes inversiones y emprendimiento, que ofrezcan oportunidades de trabajo digno a todos los venezolanos.

La clave está en la transformación de cada barril que se vende en talento que se prende: aquel se extingue, pero su ingreso convertido en educación enciende un talento que se multiplica. Educación para el éxito en la vida y para el éxito de Venezuela entre los países desarrollados con solidaridad, justicia y libertad.

lunes, 16 de abril de 2012

¿Es estratégico el petróleo? - Opinión - EL UNIVERSAL

¿Es estratégico el petróleo?

La mayoría de los venezolanos sigue viviendo en la pobreza dentro de un país lleno de riquezas

JOSÉ LUIS CORDEIRO |  EL UNIVERSAL
lunes 16 de abril de 2012  12:00 AM
Los gobernantes venezolanos han dicho durante mucho tiempo que el petróleo es estratégico, el hierro es primario, el aluminio es básico y la hidroelectricidad es pública. ¿Pero qué tienen de estratégico, de básico, de primario, de público, de soberano, de patriótico o de estatal unas actividades económicas que no le corresponden al Estado? El principal deber del Estado es la educación, como dijo el propio Simón Bolívar. La única actividad verdaderamente estratégica, básica, primaria, pública, soberana y patriótica es la educación, y allí es precisamente donde nuestro enorme Petro-Estado ha fallado aterradoramente.

El Petro-Estado venezolano ha abandonado sus verdaderas funciones para buscar negocios donde hacer dinero para sus propios funcionarios. El resultado es la riqueza para el gobierno pero la pobreza para la población en general. El amor del Petro-Estado por el petróleo ha corrompido totalmente el funcionamiento del gobierno. En vez de preocuparse de las notas escolares de los niños o los días de clase en las escuelas, el Petro-Estado se preocupa del precio del barril de petróleo o los volúmenes y cuotas de producción. La dependencia del Petro-Estado en el petróleo, y no en la gente, hace que cada día sea peor la educación del pueblo, pues al gobierno sólo le interesa la materia prima petrolera y no la materia gris de la población.

El Petro-Estado venezolano ha vivido principalmente del petróleo adueñado o expropiado a sus ciudadanos, en vez de los impuestos directos a la población. Esta situación ha hecho que el Estado sea independiente de la gente, independiente de los problemas de la sociedad. Por eso el Petro-Estado no se preocupa de la educación, pero si se ocupa del petróleo.

El Petro-Estado hipertrofiado ha ido creciendo más y más, hasta el punto que ya no le bastan los impuestos petroleros y ha tenido que crear una serie de impuestos directos adicionales para seguir manteniendo el mismo sistema corrupto e ineficiente. El Petro-Estado continúa expandiéndose como un cáncer mortal por toda la sociedad. ¡Todo en nombre de la impresionante voracidad de un Estado "impropio"!

Juan Pablo Pérez Alfonzo, el ilustre venezolano cofundador de la OPEP, dijo hace muchos años que el petróleo mal utilizado era el "excremento del diablo". Arturo Uslar Pietri, el gran intelectual venezolano del siglo XX, vivió y murió diciendo que había que "sembrar el petróleo". Lamentablemente el Petro-Estado nunca sembró el petróleo que se ha trágicamente convertido en el excremento del diablo. La mayoría de los venezolanos sigue viviendo en la pobreza dentro de un país lleno de riquezas, controladas por el Petro-Estado, donde el petróleo sí es estratégico pero para los políticos.

http://www.cordeiro.org/

Esclavos del Estado - Opinión - EL UNIVERSAL

Esclavos del Estado

ANGEL GARCÍA BANCHS |  EL UNIVERSAL
lunes 16 de abril de 2012  05:09 PM
Mientras el venezolano no pueda invertir capital en la industria petrolera venezolana, y mientras la política gubernamental de sobrevaluación del bolívar continúe en el tiempo, no podremos hablar de libertad económica en Venezuela.

No creas en nadie que te hable de libertad económica y a la vez limite la propiedad de la industria petrolera al Estado venezolano. No creas en quien hable de libertad económica y a la vez de la necesidad de mantener la histórica política de sobrevaluación cambiaria; bien sea por ignorancia, o porque lo haga con intención, te estará engañando.

No podremos hablar verdaderamente de libertad económica en Venezuela mientras el venezolano no pueda invertir en petróleo en nuestro país, pero, sí pueda el extranjero, desde los capitalistas hasta los comunistas, desde los rusos, cubanos y chinos hasta los americanos, ingleses y franceses. Tampoco podremos hacerlo mientras la elite política, defensora de la supuesta necesidad de sobrevaluar el bolívar para que tengamos mercado (poder de compra), lo continúe haciendo mediante la fijación de tipos de cambio bajos; de hecho, artificialmente bajos, porque implican tener que endeudar en divisas al Estado, que a la vez destina la renta petrolera al consumo y las importaciones, y no la inversión (no conozco a ningún economista defensor de la supuesta necesidad de mantener el bolívar sobrevaluado; es decir, el dólar barato, para que exista poder de compra, mercado - a quienes sí escucho diciéndolo, y a diario, es a muchos políticos).

Mi razonamiento es sencillo: mientras el Estado sea el dueño de la industria petrolera, tendrá el poder económico en el país (i.e. no podremos hablar de una economía libre); y, mientras el Estado no dé al traste con la histórica política de sobrevaluación cambiaria, simplemente, será imposible que las empresas del sector privado puedan exportar y, así, acabar con su dependencia (de las divisas) del Estado.

No te dejes engañar, sólo el político que hable de la apertura de la industria petrolera al capital privado nacional y del fin de la política de sobrevaluación cambiaria merece, verdaderamente, tu confianza, al menos, cuando éste te hable del establecimiento del Estado de Derecho y la libertad en el país.

La libertad económica en Venezuela significa que hasta el ciudadano de a pie, que ahorre, pueda algún día invertir su esfuerzo y capital en nuestra principal industria, y que el empresario privado y el ciudadano en general logre independizarse de las divisas del Estado para siempre. Es que, mientras no sea así, seguiremos siendo "esclavos del Estado".

PhD en Economía Política de la
Universidad de Siena, Italia y
Director de Econométrica
Profesor del CENDES y FACES/UCV
http://www.angelgarciabanchs.com/
opinion@angelgarciabanchs.com
Twitter: @garciabanchs

viernes, 13 de abril de 2012

La enfermedad venezolana - Opinión - EL UNIVERSAL

La enfermedad venezolana

La salida nuestra: Fondo de ahorros, plan de inversión pública y mayor integración

MIGUEL ÁNGEL SANTOS |  EL UNIVERSAL
viernes 13 de abril de 2012  12:00 AM
Siempre recuerdo que Miguel Rodríguez decía que la enfermedad holandesa era el diagnóstico correcto para el país equivocado. Se trataba, según él, de la enfermedad venezolana. En medio de estos aires de posibilidad que predominan por estos días, de qué podemos hacer como sociedad y qué tan alto podemos aspirar sin sentirnos ingenuos, es una idea que vale la pena rescatar.

¿En qué consiste la enfermedad holandesa? La secuencia es sencilla. Imagine Ud. un país con un único recurso natural de exportación que de repente experimenta una enorme bonanza de precios. Sin que haya variado su capacidad de producción, experimenta un fenomenal aumento en su riqueza, que impacta la demanda de bienes y servicios. Esa demanda cae sobre una economía que, a grandes rasgos, tiene dos sectores: Un sector exportador (cuyos precios no pueden cambiar mucho porque compiten en los mercados internacionales) y un sector que no compite con precios internacionales porque no es transable (el sector servicios). Siendo así, el primer impacto de la bonanza es un aumento de precios en el sector servicios que, como sugiere la lógica económica, provoca una movilización de recursos de mano de obra y capital que vienen saliendo del sector comercial en búsqueda de mejores rendimientos. Como resultado, se registra una caída en la producción de bienes exportables, que hace a ese país aún más dependiente de ese único recurso. La inflación interna (en servicios) ha provocado un aumento de salarios que el sector exportador no puede trasladar a precios porque perdería competitividad en los mercados internacionales.

Lo demás ya se conoce. El principal producto exportador termina por convertirse en el único, debido al traslado de los recursos productivos hacia el sector no transable. Hasta aquí se trata de un resultado de esos que los economistas llaman "de eficiencia de equilibrio general", que favorece a todos. Con el único detalle, que típicamente el precio de ese único producto de exportaciones es muy volátil, y como resultado de la secuencia descrita ese país se ha vuelto mucho más vulnerable a esos vaivenes. ¿Le suena conocido?

¿Qué se puede hacer en estos casos? Las soluciones que han surgido hasta ahora son relativamente elementales. La primera es evitar volcar sobre la economía todo el aumento en el poder adquisitivo que genera la bonanza, desviando los recursos hacia un fondo de ahorro. Otra estrategia sería promover un plan de inversión público (porque en nuestro caso el recurso es propiedad del Estado) con base en importaciones de bienes de capital. Estos bienes generan capacidades productivas a futuro, no provocan la dependencia que sí trae el aumento salvaje de las importaciones de bienes de consumo, y se pueden reducir "sin dolor" en el evento de una desaceleración de precios. Otra política menos convencional sería crear un mercado común, para facilitar la movilidad de trabajadores de otros países hacia el sector transable y evitar la inflación que lleva a la pérdida de competitividad. En resumen: Fondo de ahorros, plan de inversión pública a través de importación de bienes de capital, y mayor integración. La salida nuestra seguro pasa por aquí. La clave está en ser creativos en la ejecución y acertados en la secuencia.

@miguelsantos12

lunes, 2 de abril de 2012

Subsidio a la gasolina: paradigmas - Opinión - EL UNIVERSAL


Subsidio a la gasolina: paradigmas

Cambiar los paradigmas que hay sobre el petróleo en el nuevo gobierno democrático que vendrá

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DIEGO J. GONZÁLEZ CRUZ |  EL UNIVERSAL
lunes 2 de abril de 2012  12:00 AM
En el taller del Centro Internacional de Energía y Ambiente del IESA, asistimos a una charla del Dr. Alan Gelp del Center for Global Development. Intervinieron, por el IESA, Francisco Monaldi (h) y Pedro Rodríguez Sosa sobre el tema de la distribución de la renta petrolera. El Dr. Gelp enfatizó en que la clave está en convertir el capital natural (los recursos) en capital productivo (riqueza), y llevarlo de allí a capital intangible (conocimiento, instituciones y gobernabilidad). Destacó que 23 países tienen fondos de estabilización y/o ahorros, de los cuales 14 son productores de petróleo; y que su éxito o fracaso es esencialmente político.

El padre Luis Ugalde, asistente, dijo: ... todo lo que gira alrededor del subsidio a la gasolina es mental... Avalo esta afirmación, y agrego que, más que mental, todo lo que gira alrededor del petróleo en el país, en especial el tema de la propiedad de la renta -quién se la apropia y cómo se distribuye- constituyen paradigmas usados por las elites políticas desde siempre. Consideran que subsidiar los energéticos es una forma de distribuir la renta.

Son cuatro los paradigmas: 1) El petróleo es Soberanía. Pregunto: ¿acaso no son soberanos los 30 países más importantes del mundo en desarrollo humano, económico y calidad de vida?; 2) El petróleo es Estratégico: en los 30 países más importantes del mundo, ¿qué es estratégico?; 3) El petróleo es Independencia. ¿No son independientes Australia, Canadá, Colombia, Brasil, Chile, Noruega y el Reino Unido?; y 4) Las empresas de petróleo y gas natural son Básicas. Pregunto: ¿en cuáles países del Primer Mundo existen empresas básicas?

Con estos paradigmas, las elites políticas -concibiendo que el petróleo es Soberanía, es Estratégico, es Independencia y es Empresa Básica- decidieron que el Estado tiene que manejarlo, porque los empresarios venezolanos, y menos los extranjeros, no son de fiar.

Si modificamos estos paradigmas podremos concluir que si no hay Estado empresario, no hay apropiación burocrática de la renta (regalías y dividendos). El Estado solo debe vivir de los impuestos que produzcan sus ciudadanos y las empresas que exploten los recursos de hidrocarburos. Si no hay Estado empresario, que se cree el dueño del recurso, las regalías y dividendos de la industria irán directamente a sus accionistas, los ciudadanos, no al "hueco fiscal".

Ahora, trataremos de desmontar el mito del subsidio a la gasolina. En 2011, el consumo nacional fue de 124 mil b/d de la gasolina de 91 octanos y 165 mil b/d de la de 95 octanos. En estas cifras no aparece la creciente importación de gasolina de Estados Unidos. Por otra parte, hay que recordar que Ramón Espinasa insiste en que el consumo es mucho mayor, pues las cifras arriba señaladas no incluyen el contrabando de extracción.

Nueve entidades: Zulia, Miranda, Carabobo, Anzoátegui, Táchira, Lara, Dto. Capital, Bolívar y Aragua consumen 67,3% de la gasolina. Para efectos de políticas públicas, podría comenzarse una campaña sobre el tema haciendo énfasis en dichos estados, y, por qué no, iniciar los cambios en las otras 15 entidades que se verían menos impactadas.

En términos de precios, un barril de gasolina venezolana de 95 octanos, al cambio de 4,3 Bs/US$, se vende a 3,51 US$/barril, mientras en EEUU se cotiza en 156,3 US$/barril. Para alcanzar el precio meta, el litro tendría que irse elevando en el tiempo. Al cambio oficial hay que pasar de 0,097 a un máximo de 4,3 Bs/litro. Un salto cuántico, aunque no muy alto si lo comparamos con el precio de países productores como Brasil, 7,75 Bs/litro; o Colombia, 5.69 Bs/litro. En esas naciones no están presentes los paradigmas arriba citados.

Podría dejarse el precio de la de 91 octanos, mientras van ajustándose los precios de la de 95 octanos. Los taxis que utilicen la de 95 octanos podrían recibir un trato especial que habrá que definir. Importante para el ciudadano sería conocer cuál va a ser el destino final de esos aumentos en el precio de la gasolina. Ese dinero no podría ir a la corrupción, ni al "hueco fiscal".

Cuando cambien los paradigmas y tengamos cientos de productores y refinadores independientes, que vendan sus productos a miles de distribuidores en sus estaciones de servicio, con sus propios precios, se resolverá definitivamente el derroche de los subsidios a los energéticos.

Todo será cuestión de cambiar los paradigmas que hay sobre el petróleo en el nuevo gobierno democrático que vendrá.

cedice@cedice.org.ve

@cedice