lunes, 11 de junio de 2012

La moral del capitalismo

Los valores morales del capitalismo de libre mercado forman un compendio espiritual y ético

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LEONOR FILARDO |  EL UNIVERSAL
lunes 11 de junio de 2012  12:00 AM
El libro del mismo título, editado por Tom G. Palmer, gran promotor de la libertad, distingue el capitalismo clientelar del capitalismo de mercado libre. En el primero, el éxito de los negocios depende de una estrecha relación entre empresarios favoritos del régimen y funcionarios gubernamentales, quienes les otorgan favores no porque sean eficientes, sino a cambio de sobornos. Esto va en detrimento de la población Sus seguidores lo disfrazan de comunismo, socialismo, mercantilismo, y, para fomentar la lucha de clases, se refieren a los capitalistas del mercado peyorativamente, acusándolos de explotadores de trabajadores, victimizan a los pobres, pero esta es la excusa que justifica sus políticas confiscatorias.

Por el contrario, el capitalismo del libre mercado coloca la creatividad del ser humano al servicio del mundo, fomentando la empresarialidad y las innovaciones, que explican la diferencia entre la vida de nuestros antepasados y la que disfrutan nuestras generaciones. ¿Quién hubiera soñado tener barcos, trenes, automóviles, aviones, teléfonos, faxes, computadoras, celulares, tabletas, medicinas curativas de enfermedades mortales y trasplantes de órganos que alargan las expectativas de vida a la humanidad?

Por ser el capitalismo un sistema cultural no puede explicarse solo por factores materiales. Los valores morales del capitalismo de libre mercado forman un compendio espiritual y ético: 1) Constituye la conformación de sistemas legales, sociales y económicos que abarca la igualdad de derechos, y carreras abiertas al talento y a la energización de la innovación a través de los empresarios, la ciencia, los creadores, los dispuestos a tomar riesgo de perder; 2) Está estructurado por reglas y normas éticas; limita el robo, el soborno y el saqueo que promueve el capitalismo clientelar, el cual se empeña en aprobar leyes que van en contra de derechos fundamentales que se requieren para tener un país próspero, como la seguridad jurídica, el respeto a la propiedad privada y a la libertad económica y comercial; 3) La permanencia de leyes, normas y reglas que conforman el Estado de Derecho hace posible la empresarialidad, la innovación, el crecimiento, la generación de empleo y la prosperidad; 4) Sustituye la fuerza por la persuasión; 5) Es la forma del orden espontáneo; 6) Es la innovación y los cambios sociales por la prosperidad que le ha traído a millones de personas en el mundo.

Las virtudes de un capitalista emprendedor las ilustró maravillosamente uno de los cofundadores de la empresa Mercado de Alimentos Integrales en una conferencia a la que asistí en la Sociedad Mont Pelerin en Guatemala en 2006. Nos iluminó con su credo sobre el capitalismo consciente, que consiste en que la empresa debe tener un propósito elevado: alcanzar la excelencia compitiendo en el mercado. Su empresa promueve la alimentación saludable, base fundamental para lograr energías óptimas. Inspira a sus proveedores a realizar productos que maximicen la salud y vitalidad de sus adquirentes; productos orgánicos de alta calidad para ayudar a la gente a tener larga vida. Lo bello del capitalismo, argumentó, se basa en el intercambio voluntario para el beneficio mutuo. Su empresa crea valor permanente para todos. Los miembros de su equipo no son esclavos. Trabajan voluntariamente porque aman lo que hacen, están felices con sus ingresos y beneficios.

Lo mismo sucede con sus clientes. Adquieren espontáneamente sus productos y servicios porque consideran que son los mejores para vivir saludablemente. Con sus proveedores, forma una sociedad de ganar/ganar: integridad en todas las transacciones; son sus aliados para llevar al mercado los productos de la más alta calidad; los trata con respeto, justicia e integridad para obtener la misma respuesta. Busca a los que comparten su responsabilidad social: el deseo de preservar el medio ambiente, la honestidad y transparencia en la producción, la seguridad de que los productos son de alta calidad y, sobre todo, que los costos/precios/beneficios son efectivos. Innova para diferenciarse y mantenerse como la mejor en la industria. Así crea valor para sus inversionistas.

La empresa comenzó de la nada y generó un valor de $12.000 millones porque cree esencial producir ganancias que fomenten el crecimiento, la prosperidad, nuevas oportunidades de empleo, satisfacción y seguridad. Los inversionistas adquieren sus acciones porque convierte 1 dólar en un verdadero valor.

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